sábado, 9 de abril de 2011

Y no preguntes por qué te quiero.

"Odio que me rompas en dos cuando me hablas. Odio que tu sonrisa me ahoge y que tu mirada me atraviese. Odio que te acuerdes del dia en que nos conocimos. Odio que te preocupes cuando estoy mal. Odio que te hayas clavado poco a poco en mi corazón, y odio que sigas ahí. Odio que hayas cambiado mi vida. Te odio. Y te odio porque haces que no sea capaz de odiarte. Y entonces, me odio ami, porque odio que seas cómplice de mi sonrisa. Odio que mi corazón esté así. Odio mirarte a los ojos y reir y llorar por dentro. Odio que mi felicidad se reduzca ati, odio no ser nada sin ti. Odio ser tan pequeña a tu lado. Pero, lo que más odio, es que te quiero. Y odio tanto no poder odiar tu voz nombrandome. Y odio no poder odiar mi mirada buscando la tuya. Odio no poder odiar la inmensidad de tus ojos, y no poder odiar cada pedazito de ti en mi. Y, sobre todo, odio que tu corazón esté en el mio, y que lo llene por completo, y que me haga grande, y no poder odiarlo."

viernes, 8 de abril de 2011

Está lloviendo, y fuera también.

Hoy nuestras miradas se han cruzado, como tantas otras veces, tantas. Pero ésta, ha sido diferente. Esta vez nos lo hemos dicho todo con una mirada, no ha importado el momento, ni el lugar, ni lo que pasara a nuestro alrededor. Hoy hemos tenido la eternidad en una mano, en tan solo dos segundos. Hoy, no he podido distinguir tus pupilas del marrón de tus ojos. Hoy tu mirada no tenía fín. Hoy me ha atravesado el corazón, y, me ha faltado la respiración. No he podido aguantar a tu corazón ahogándome, rompiendome. Notaba como mis ojos se humedecian y, no he podido. Hoy he apartado mi mirada de la tuya. Hoy me ha dolido de verdad. Y los dos, a la vez, hemos agachado la cabeza. Hemos roto lo que me ha dado vida y me ha matado en una misma décima de segundo. Porque hoy, los dos, hemos perdido la misma guerra. Hemos llorado y reido a la vez por dentro. Sin un sentimiento definido, nos hemos derrumbado. Hoy, nos hemos mirado, y cada uno a seguido su camino, y en mi corazón se han quedado clavado tus ojos, se han quedado ahí, muy dentro, donde las cosas duelen, y para siempre. Y hoy, no he podido cerrar mis ojos sin ver los tuyos, marrones, distintos, eternos, y mios.